No se puede analizar el estrés organizacional
sin considerar su impacto en los individuos o empleados.
Cada individuo forma parte del todo
(sistema organizacional), y como tal lo
afecta. Y la manera en que la persona se afecte en gran parte puede estar influenciada
por la empresa misma y/ó por la forma como cada uno se deja afectar por las
distintas situaciones.
¿Cómo detectar que una persona pudiera
estar siendo víctima del estrés? Una de las clasificaciones de los síntomas de
estrés que con mayor frecuencia aparece en la literatura sobre el tema es la de
organización en síntomas Cognitivos, Conductuales, Emocionales y Físicos.
Los siguientes son algunos de los síntomas que
pueden considerarse COGNITIVOS:
ü Poca concentración. En muchas ocasiones la persona afectada por el estrés no logra concentrar
la atención en algo diferente a lo que le ha ocasionado dicho estado. Como
consecuencia el tiempo no le alcanza y por supuesto no hay una entrega adecuada
del trabajo, bien porque no se realiza con la oportunidad que debiera o porque
su calidad no es la esperada.
ü
Olvidos frecuentes. Los problemas de memoria se
hacen evidentes. El estrés en sus diferentes manifestaciones, tristeza,
desubicación, confusión, desconcentración, ansiedad, etc. puede conducir a una
pérdida de memoria a corto plazo.
Problemas en el trabajo como
olvidos de citas, compromisos, tareas,
nombres, procedimientos, etc., son situaciones que en últimas afecta el buen
desempeño de la persona. Esto puede producir
mayor estrés y afectar la salud física, mental o emocional del empleado.
ü Dificultad para tomar decisiones. Falta de criterio. La agudeza mental se
limita sustancialmente. No logra priorizar. Se da una inhabilidad para ejecutar
las tareas. Esto genera por supuesto un desequilibrio total en el desempeño laboral,
llevando a una disminución de la productividad.
ü Falta de energía, cansancio, que se reflejan en las pocas ganas de
hacer algo. Se puede percibir desinterés por hacer más de lo que le
corresponde. Al mantenerse en este estado permanentemente, se presenta un agotamiento
mental que lleva a una total incapacidad para producir ideas.
ü Disminución de la recursividad. Se va volviendo notorio como una persona
que mostraba siempre alta capacidad para ingeniarse nuevas formas de hacer las
cosas y superar obstáculos, registra un cambio notorio para enfrentar
situaciones de dificultad. Ya no se le ocurre nada. Su recursividad y
creatividad disminuyen sustancialmente.
ü Persistencia del problema. Los cambios que se observan en la persona
son notorios y frecuentes.
Obviamente que todos estos
síntomas deben analizarse de manera individual por la persona afectada y eventualmente
ser consultados a un médico debidamente
calificado.
Los mismos síntomas que
pudieran atribuirse a estrés pueden también corresponder a problemas de salud. Por
tal motivo, con el fin de no equivocarse se requiere una observación en conjunto
de lo que pasa con la persona y del contexto en el que esto se desarrolla.