miércoles, 24 de mayo de 2017

NO SE DEJE ACABAR POR EL ESTRÉS – Parte 1


No hay quien se escape del estrés. Tanto a nivel personal como empresarial los niveles de estrés son cada vez más elevados

Y es que las metas y objetivos son bastante retadores, la competencia extremadamente agresiva, los consumidores cada vez más exigentes e informados, la oferta de recurso humano es elevada, en fin…. situaciones como éstas y otras tantas, nos ponen frente a constantes retos en el día a día empresarial.

Para subsistir con éxito dentro de una organización hay una exigencia bastante alta de ser competitivo.

El empleado debe ser poseedor de una serie de habilidades y destrezas que le permitan asumir de forma efectiva la responsabilidad en los proyectos y tareas asignadas. Debe desarrollar una gestión clara y eficaz de la comunicación en todas las direcciones, y por supuesto contar con los conocimientos adecuados en la materia.

Con gente altamente competitiva dentro y fuera de la empresa, entorno cambiante, situaciones de mercado que exigen anticipación y pronta respuesta, el empleado debe buscar la forma de adaptarse de manera rápida a esa exigencia de cambio.

Dar manejo adecuado a esas situaciones retadoras que enfrenta el empleado en el trabajo, a pesar de lo interesante que puede resultar para su carrera y desarrollo, puede también generar importantes problemas

Mantener esas presiones de forma permanente, hacen que sea inevitable para el empleado verse afectado por el estrés. Es muy importante estar atento ante la aparición de síntomas, que dependiendo de su intensidad y duración pueden llegar a afectar con consecuencias también para la empresa.

El estrés aqueja a todo tipo de personas, sin importar su rango ni condición, ni su posición dentro de una empresa, ó su situación familiar ó su entorno social.

Sea que se trate de una persona desempeñándose como empleado o de un emprendedor de un negocio propio, siempre habrá una preocupación, bien sea por el cumplimiento de los objetivos, ó por el logro de  las metas fijadas, ó por alcanzar el retorno del esfuerzo y dinero invertidos, ó por contrarrestar las acciones de la competencia, ó por la situación financiera, etc., en cualquier caso, el estrés puede hacer su aparición.

Hay que tener en cuenta que el estrés que se produce en una persona a nivel individual, puede afectar su desempeño positiva o negativamente.

El estrés puede ser un impulsor para lograr las metas, convirtiéndose en esa chispa que genera una motivación adicional en el trabajo. 

Pero puede también tener un efecto negativo no deseado y llegar a impactar a las personas con serias consecuencias en su salud, de no tratarse a tiempo.


La pregunta es hasta dónde esa dosis de estrés que en un momento dado puede conducir a un buen desempeño, traspasa la línea de lo manejable y empieza a deteriorar el buen desarrollo.