martes, 22 de agosto de 2017

SIENTE QUE EL NIVEL DE ESTRÉS ESTÁ AFECTANDO SU SALUD?

No se puede analizar el stress organizacional sin considerar el impacto del estrés de los individuos o empleados, pues cada individuo forma parte del todo (sistema organizacional),  y como tal lo afecta. 
El estrés puede estar propiciado en gran parte por la empresa misma y/ó por la forma como cada uno se deja afectar por las distintas situaciones.
En esta entrega nos concentraremos en SINTOMAS DE TIPO FÍSICO.
Ciertas enfermedades pueden empezar a aparecer a causa del stress o mostrar una exacerbación de las mismas. Síntomas frecuentes son entre otros los siguientes

  • Insomnio-Agotamiento. En muchas oportunidades se es víctima de un cansancio inexplicable. Se siente sin fuerzas, a punto de desfallecer y es cuando llega el agotamiento. Puede aparecer el insomnio, como esa dificultad para conciliar el sueño, sin importar el cansancio que se tenga, o el que se acerque la hora de levantarse ó el que aplique todas las recomendaciones posibles para quedar dormido sin tener éxito. Los muchos intentos en vano, contribuyen a aportar una dosis más de estrés. 
  • Fatiga, Sequedad de la boca, Sudoración. Si bien es cierto, estas situaciones pueden ser síntoma de estrés, debe tenerse en cuenta que al presentarse todas juntos también pueden ser indicador de muchas otras enfermedades muy serias y delicadas, que conviene atender de manera inmediata.
  • Problemas dermatológicos. Qué decir cuando el cabello empieza a caerse (Alopecia) sin saber por qué, ó se presentan problemas dermatológicos (acné, dermatitis, eczemas, urticaria) buscando mil explicaciones y encontrando diferentes interpretaciones de distintos especialistas sin encontrar una respuesta que realmente satisfaga. He aquí una posible respuesta: Estrés !!! Efectivamente puede ser una resultante del estrés crónico pero obviamente hay que corroborarlo a nivel médico.
  • Alteraciones cardio-vasculares. Confirmando lo inquietante de dejarse afectar por episodios desmedidos de estrés, consideremos las ocasiones en que se generan problemas que anteriormente nunca habían aparecido, tales como hipertensión, incremento del ritmo cardiaco, palpitaciones, etc., que son altamente preocupantes. 
  • Recordemos que enfermedades relacionadas con desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos pueden constituirse en un factor de riesgo importante, por ser  la principal causa de muerte en todo el mundo. 
  • Alteraciones psico-somáticas. Como consecuencia de episodios repetitivos de angustia, ansiedad ó incluso depresión se ponen de manifiesto tics nerviosos, dificultades respiratorias, dilatación de pupilas, etc. Otra alteración es cuando problemas psíquicos se convierten en problemas motores o sensoriales como podrían ser la cefalea o más grave aún, una parálisis facial, en la cual, parte de la cara se paraliza. Dolores crónicos, vértigos, mareos pueden aparecer como consecuencia de un estrés de larga duración.
  • Desórdenes Alimenticios. Inicialmente pueden detectarse cambios de apetito, aumento de peso, elevación de los niveles de glucosa como resultado de estrés continuado, pero con el tiempo esto puede llevar a una exigencia del organismo de tomar medicamentos en forma permanente
  • Problemas gastrointestinales: No hay que ir muy lejos para entender a qué se deben problemas gástricos como malestar estomacal, diarrea, estreñimiento, gastritis, úlcera, náuseas. Es un hecho que están directamente conectados con situaciones de estrés. 
  • Problemas endocrinológicos. Partiendo de la base que el sistema endocrino influye en las funciones esenciales del organismo (huesos, corazón, tejidos) así como en todas las glándulas que producen hormonas y en los procesos importantes del cuerpo, un marcado nivel de estrés puede llegar a generar problemas delicados de salud. Es el caso de problemas de hormonas, tiroides, etc. 
  • Debilitamiento del sistema inmunológico. Cuando bajan las defensas se presenta una mayor sensibilidad a infecciones, mayor propensión a gripas y a resfriados. Pero períodos largos de estrés pueden disparar distintas afecciones. Una de ellas, es por ejemplo el herpes zoster, virus latente en la mayoría de las personas, que al contar con buena salud y un sistema inmunológico fuerte se mantiene suprimido pero que ante una baja fuerte de defensas en combinación con otros síntomas propios del estrés puede aflorar.
  • Problemas sexuales. También en este caso el estrés hace de las suyas y puede llegar a afectar a nivel reproductivo, disfunción eréctil, eyaculación precoz, o disminuir o aumentar el apetito sexual.
  • Problemas del sistema locomotor. Cuando el estrés alcanza niveles importantes, fácilmente llega a afectar el sistema muscular, llevando a una propensión a lesiones musculares, de tendones, esguinces, con leves movimientos que en otras condiciones no causarían daño alguno. Hay ocasiones en que los calambres, problemas de articulaciones, fracturas, rigidez del cuello, dolor de espalda, etc. son resultantes de estados de estrés frecuente. Incluso podría llegar a producirse osteocondritis (inflamación de uno ó más cartílagos que unen las costillas con el esternón, produciendo un dolor muy fuerte que pudiera confundirse con síntomas de infarto), que aunque no está plenamente comprobada su relación con el estrés, muchos la atribuyen a exceso de estrés
  • Problemas oftalmológicos: En algunas situaciones el estrés afecta a la persona generándole temblor del ojo que podría estar asociado también con tics nerviosos que son esas contracciones involuntarias que pueden presentarse por ansiedad y estrés, principalmente.
  • Enfermedades auto-inmunes: Y hasta estas instancias puede llegar el estrés. Es tan delicado el tema que puede llegar a generar problemas de enfermedades poco conocidas que tienen que ver con el sistema inmunológico. Nos referimos a enfermedades auto-inmunes difíciles de controlar, en especial por el desconocimiento en muchos casos sobre las mismas. 
  • Síndrome de Burnout: El también llamado surmenage, o quemarse en el trabajo. Se caracteriza por ser un estrés crónico a nivel laboral, que se manifiesta como agotamiento excesivo a nivel general, físico, mental y emocional en que se observan síntomas similares al estrés laboral como el decaimiento, baja autoestima, dificultad de concentrarse, baja energía, falta de ánimo, desmotivación, irritabilidad, ansiedad, depresión, etc.. La diferencia es que en dicho estado permanece por largo tiempo y sus consecuencias son bastante serias.

Una persona afectada en su salud tan seriamente no puede responder adecuadamente ni a sus exigencias laborales ni a su vida familiar.

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