El estrés se nos pone de manifiesto de distintas
maneras. Comer de manera desaforada, incorporar tics que no son usuales en
nuestro comportamiento habitual, sufrir de un nivel alto de ansiedad o
nerviosismo, o no lograr conciliar el sueño, son algunas de las muchas situaciones que nos dan indicio de que
podemos estar padeciendo de estrés.
Son muchas las ocasiones en que es inevitable
sufrir de estrés, pero algo importante es controlarlo. Y para ello, un aspecto
fundamental es reconocer que estamos
siendo víctimas de éste. Un elevado número de personas a pesar de manifestar
ciertos síntomas se niegan a aceptarlo y definitivamente no reconocen que estén
siendo afectados por el estrés.
Pero somos nosotros quienes más conocemos
nuestro cuerpo. Cuando estamos frente a un episodio de estrés es conveniente ir
hacia atrás y revisar que lo produjo. Es necesario identificar si el estrés
sufrido es producto de una acumulación de hechos o si se trata de una situación
aislada, responsable de manera inmediata de un episodio de estrés.
El desencadenante puede ser ocasionado por
problemas de tipo personal, familiar o laboral. Y éste puede manifestarse en síntomas físicos, mentales o emocionales. Como ya lo vimos en blogs anteriores, puede tener
sus consecuencias, de igual manera, físicas, mentales o emocionales que afectan
sustancialmente las relaciones consigo mismo, con el trabajo, con su familia o
con allegados.
La aceptación de los hechos estresantes facilita
que ellos puedan ser asimilados y que encontremos una rápida y exitosa salida.
Hacer una pausa y aplicar una gran dosis de paciencia,
nos permite aceptar más fácilmente que si se presenta un problema o una
situación generadora de estrés que nos afecte física, mental o emocionalmente, requiere
de un plan de trabajo que parta de entender que esa situación puede presentar
estrés y que no se gana nada con dejarse absorber por él.
Se requiere entender que es un error tomar
decisiones de manera reactiva. Cualquier situación estresante debe abordarse
con calma y evaluar dónde estuvo el error, si es que se trató de un error, o si
es que algo está generando ansiedad, por qué se presentó, qué se puede hacer
para que ello no se presente o para afrontar adecuadamente estas situaciones
cuando aparecen.
El impacto de los episodios de estrés
repetitivos puede ser muy fuerte y tener importantes consecuencias. No solo
afectan la forma en que se le de manejo a los problemas, que como se ha
insinuado, obviamente no será igual que si el problema se asume con calma y
consciente de las decisiones que se toman.
El control de las situaciones estresantes
permitirá manejar de manera más creativa y recursiva la situación, encontrar
más fácilmente soluciones, prepararse para enfrentarlas o anticiparse a futuros
inconvenientes generadores de estrés.
En síntesis, la diferencia está entre dejarse
agobiar y sumar confusión y angustia, reduciendo la posibilidad de ver con
claridad, o de aceptar los hechos y despejar la mente para generar alternativas
de solución más asertivas en un momento dado.
Luego de identificar las situaciones que le
generan estrés, evalúe la conveniencia de exponerse a ellas y la frecuencia con
que ello ocurre.
En muchos casos hay situaciones que nos
generan reto y que no importa lo que nos produzcan en el momento, nos sentimos
capaces de superarlas con éxito, damos
mayor peso a esa sensación de logro y de gozarnos esa satisfacción que produce
el resultado.
Otras situaciones son aquellas que producen adrenalina
que nos causan nervios, pero mucha emoción de llevarlas a cabo. Se convierten
en una interesante experiencia.
Pero hay otros casos que nos producen de
cierta manera un desgaste permanente, como puede ser entre muchas otras, un
ambiente laboral pesado, un tipo de trabajo que definitivamente no es para
nosotros, el estar rodeados de personas conflictivas, o el exponernos a
situaciones generadoras de estrés que no nos permiten ser felices sino que por
el contrario nos generan malestar, ansiedad, preocupación y angustia.
Si los eventos generadores de estrés nos
afectan negativamente y están bajo nuestro control es conveniente evitarlos, o
tomar medidas para contrarrestar tales situaciones, pues si bien es cierto
todos estamos expuestos a estrés en diferentes momentos, de presentarse
repetitivamente terminan lesionando nuestra salud, y es cuando con mayor razón
debemos aprender a dar manejo. El seguimiento es muy importante si queremos
trabajar en autocontrol.
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