El entorno
en que se mueve la empresa, la agresividad de los competidores, la dificultad
de la organización para adaptarse a los cambios, la cultura de la empresa, son
situaciones que permiten sacar claras conclusiones.
Los
proveedores, clientes y distribuidores por ejemplo, pueden llevarse una imagen
de la empresa, sin necesidad de estar dentro de la ella. Esto se da básicamente
a través de lo que proyecta en sus comportamientos con las obligaciones que
adquiere, por sus procesos, por la seriedad de los requerimientos y el
cumplimiento de sus obligaciones, etc.,
Hay empresas
en las que basta con observar su clima laboral para determinar que sufren de
estrés. Éste se percibe en el ambiente, hay poca colaboración entre áreas, no
hay buena conexión entre ellas, el trato de las personas entre sí no es el más
cordial, hay mucha ansiedad y tensión laboral. La relación de los empleados es
difícil, los problemas de comunicación son frecuentes y hay mucha
desinformación. Los colaboradores sienten mucha presión.
De otra
parte, estructuras organizacionales poco funcionales, con organigramas que
reflejan continuos inconvenientes en su aplicación, la no existencia de
perfiles de cargo ó falta de claridad en los existentes, sumado a un importante
nivel de burocracia, relaciones que no fluyen adecuadamente, más bien
caracterizadas por constantes conflictos y presiones, así como contínuos
problemas de comunicación, dejan percibir los importantes niveles de estrés al
interior de la organización.
No se
observan oportunidades equitativas para la gente, hay más bien una lucha por el
poder en todas las áreas, donde se mueven intereses y “roscas”, que afectan el
buen desarrollo de los equipos y de las personas como tales.
Los empleados perciben una
presión constante al no contemplar la real disponibilidad de recursos (llámense
humanos, tecnológicos, financieros, etc.) para cumplir con los objetivos, a la
hora de exigir tiempos y alcances.
Hay ausencia de claridad en
las instrucciones impartidas y con frecuencia se cambia sobre la marcha. Se
aprecia mucha improvisación que implica un enorme desgaste para los empleados. Se
afecta por completo el manejo del tiempo del personal, hay una alta sobrecarga
de trabajo (exceso de horas trabajadas en forma continua). El nivel de
frustración es alto, aumenta la desmotivación y se reduce el rendimiento de los
empleados.
Ligado a lo anterior, aumentan
los accidentes de trabajo, los cuales dan lugar a un alto número de
incapacidades y a un incremento del nivel de ausentismo.
El panorama no puede ser
peor. En las empresas estresadas los problemas del recurso humano dan lugar a
un elevado índice de rotación del personal, con los inconvenientes que esto
representa en costos y tiempos.
Una empresa estresada
muestra baja coherencia en su forma de actuar con relación a su misión, a sus
valores, a su estrategia corporativa, a sus recursos, a su cultura, etc.
Por otro lado, la falta de
planeación obliga permanentemente a apagar incendios, así como la diversidad de estilos de liderazgo mal
manejados, y la poca consistencia entre los objetivos, las capacidades de las
personas y los recursos se convierten en determinantes para diagnosticar que una
empresa trabaja de manera estresada.
Son muchas las situaciones
que de mantenerse en forma permanente en combinación con otras, permiten
suponer que no se vive un buen ambiente al interior de la empresa y que puede
estar afectada por un importante nivel de estrés.
Por último, conviene
recordar que también una salud financiera deficiente de la empresa permite
suponer una buena dosis de estrés.
Veamos algunas: Un resultado
pobre de manera continuada, pronósticos de ventas que no se cumplen, pedidos que
disminuyen en número o en cantidad de productos solicitados, quejas y reclamos
que se incrementan, pérdida constante de
clientes importantes, dificultad para pagar las deudas a proveedores,
disminución del flujo de caja, mala utilización de los recursos, activos
improductivos, inventarios que no rotan bien porque las ventas disminuyen ó por
una mala planificación, obligaciones que sobrepasan la capacidad de pago,
problemas con el recaudo de cartera, (aumento de la cartera, incremento de días
de cartera, etc.). La presión por recuperar alguno de estos resultados es una
fuente muy importante de generación de estrés.
Nada recomendable trabajar
en una empresa en estas condiciones, verdad?
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