miércoles, 14 de febrero de 2018

UNA BUENA RELACION ENTRE JEFE Y SUBALTERNO PROMUEVE EL BUEN DESEMPEÑO Y REDUCE LOS NIVELES DE ESTRÉS

Una relación jefe-subalterno que no fluye adecuadamente, requiere de acción oportuna. De lo contrario, hay un deterioro de la misma que poco a poco alimenta el nivel de estrés en la organización y en las personas relacionadas.


Ante un mal ambiente entre jefe y subalterno, la empresa puede analizar a modo de DIAGNOSTICO,  aspectos como: desempeño anterior del empleado, grado de motivación, estructura organizacional, asignación de tareas, trato que recibe, nivel de compensación, competencias para el trabajo desempeñado, posibilidades de capacitación, trabajo en equipo, clima laboral del área en la que está ubicado, y nivel de comunicación.
De igual manera si la situación es muy crítica, es conveniente analizar el comportamiento del jefe hacia el empleado, y hacia otros subalternos, identificar cualquier tipo de manejo preferencial, considerar la experiencia en manejo de conflictos, las competencias y destrezas de liderazgo y su capacidad administrativa.
Paso seguido al diagnóstico, es el DISEÑO DE UN PLAN DE ACCION que le permita establecer correctivos, el cual deberá contar con una clara ESTRATEGIA DE COMUNICACION, así como con un SEGUIMIENTO periódico.
Algunas de las cosas que conviene sean tenidas en cuenta por jefe y subalterno:
  • Claridad de las funciones, así como de las metas y objetivos tanto individuales como de grupo, responsabilidades y tiempos. Es muy importante el diálogo sobre como llegar a esos resultados y cómo será la participación de cada uno.
  • Un trabajo organizado y ordenado, con una planeación que deje en claro los pasos a seguir, las fechas, los responsables directos e indirectos y los recursos para el cumplimiento de las metas fijadas.Dicha programación orientará la priorización de las actividades.
  • Conocimiento de las expectativas que tiene la empresa con respecto al colaborador y viceversa. Claridad de lo que espera el empleado de la empresa y específicamente de su jefe. Para ello es necesario un diálogo permanente, abierto y responsable.
  • El conocimiento mutuo evitará frustraciones y malos entendidos que desmotivan y generan estrés.
  • Identificaciones de situaciones que interfieran en el desarrollo en el desarrollo de un buen desempeño, de manera que permita establecer los correctivos necesarios, que las eliminen o tengan el mejor manejo posible.
  • Claridad respecto al tipo de apoyo que la empresa le puede ofrecer al empleado. La empresa debe cumplir con lo ofrecido a los empleados.
  • Discusión, aclaración y evaluación de dudas, inquietudes, inconformidades o motivos de malestar, para establecer un plan de trabajo ajustado a la necesidad, el cual deberá ser ajustado periódicamente.
  • Motivación y reconocimiento, factores clave para impulsar la iniciativa y el sentido de pertenencia y por consiguiente la productividad.
  • Ambiente armónico y de camaradería, para lo cual será necesario entre otros aspectos, equilibrio entre la comunicación formal y la informal. Siendo esta última de alta importancia.
  • Coherencia con los valores y principios empresariales.
  • Recursividad y atención a lo que pueda ser de interés para la empresa. Inquietud por aprender y aportar. Es necesaria la observación y el aprovechamiento de las oportunidades.
  • Flexibilidad y apertura al cambio.
  • Entrega superior a lo solicitado. No quedarse más allá de lo estrictamente solicitado. Generación de valor con aporte y participación activa.
  • Procura de no generación de conflictos. Entendimiento de los estados de ánimo y no reacción ante llamados de atención. Es clave hacer uso de Inteligencia Emocional.

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